1. El sueño hecho realidad

Ya sabía que iba a ser difícil y que tardaría años, pero aquí estoy. Y lo conseguí. Estudios, rodaje, conocimientos, hubo una crisis, pero remonté. Remontamos. Porque hubo crisis, abusos, humillaciones y queja por las tallas, pero todo aclarado. Solucionado, legalmente. Y un sueño hecho realidad.

Sí, por fin. Me falló alguno, o algunos, ya que me hubiese gustado tener algún jefe o socio en el negocio, además de pareja, pero nunca se prestaron a ayudar. Además, el snobismo no me va, y prefiero una felicidad completa social que las humillaciones de clase. También debo decir que ha sido difícil la ubicación precisa, ya que zonas turísticas, cerca del mar, o en el centro urbano de la ciudad hubiesen sido buena opción. Pero la zona elegida fomenta la visita a ésta y casi casi su origen, ya que los clientes utilizan el bus, metro y coche para llegar. Y vienen, de todas la isla, Baleares en general, la península, España, Alemania y Europa. También de Nueva York, gente de Asia y América. Se me escapa África y Australia, quizás los estudiantes de intercambio.

Os comento: he abierto una tienda. Sí, con préstamo bancario, asesor y sin nada que perder, ya que si no funciona, o se cambia de propietarios, o se traspasa, o se vende. Mientras todo se declare a Hacienda, ya va. Y como es franquicia, desde la central ayudan y apoyan en todo lo posible, con profesionales respaldando tanto el negocio como a la trabajadora. 

Sí, he abierto una boutique en la Universidad. Y sí, no es la boutique más grande del mundo, pero tenemos un mix variado: ropa deportiva, ropa interior, algunos complementos (mochilas y carteras, aunque algún modelo puntual de bolso, como máximo 2 ejemplares de cada), perfumería y recepción de pedidos. Porque tienen la opción gratuita, y les va muy bien. En un lugar apartado, cerca del edificio de Beatriz de Pinós, aunque me hubiese gustado cerca del Campus.

Señoras, señores, pero en especial, personas de sexo y género femenino: he abierto una "Victoria Secret Pink" en la Universidad. También he acordado la posibilidad de dar talleres y algunas conferencias de Sexología con los de Psicología. Ha sido muy debatible, pero vale la pena.

Y, como no, esto es el principio de un gran reinicio.