3. Los primeros días
Estoy contenta y agotada. Las ventas salen, quizás no tanto como esperaba, pero hay aceptación. La cada vez más internacionalizacion universitaria promueve aceptación general, diversidad de alumnos aprendiendo, y atracción por la tienda.
- Nos llevamos la agenda, una diferente para cada una, mochila y sudadera. Yo la rosa, ella la fresa.
- Muy bien gusto. Esas son de mis favoritas.- y no les miento.
- ¿Tú eres la feminista que al final no se acostó con su querido político?- me pregunta una joven, con su amiga.
- Si, esa soy yo.
- Pero puede que coincidáis...
- ¿Vais a venir al taller de Sexualidad de mitos? Os tenéis que apuntar aquí.
- Sí. Somos vírgenes, ¿pasa algo?
- No, por supuesto. Además, podréis colaborar opinando, expresando o exponiendo.
- Ah, gracias. Estos últimos años, en el instituto...ni hacíamos debates, ni podíamos hablar de según qué temas...
-¿En el ámbito educativo?
- Sí... Y miramos internet... Leímos tus artículos, pero no es suficiente...
- Oh, gracias, me siento halagada.
- Estas ideas de religión, familia y callar o incluso generalizar x ideas, especialmente machistas de sumisión, no nos gustan. Ni las de prostitución sexual. Ni tanto sexo, ni nada...
- Bueno, el viernes hablamos. Chicas, apuntaos aquí. Ahora tengo cola, si en otro momento queris pasar, sin problema, y seguimos hablando.
- Ah, perdona, ¡claro! Encantadas.
Sonrío y sigo atendiendo. Estoy contenta. Si, voy a dar un taller, un aula doble, por si se llena, en la Universidad. Además, donde estudié, en Ramón Llull. La gente no es tan reinvindicativa o abierta en según qué aspecto como en su día, y se agradece que vengan a estos talleres, aprendamos y estemos juntas. Porque es cierto que, además, es sólo para mujeres, viendo el panorama, aunque si, por supuesto, si algún hombre lo desea, podrá participar.
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